La comunicación es un recurso esencial para poder relacionarnos, sea personal o profesionalmente. Cómo nos comuniquemos va a definir la calidad de nuestras relaciones, nuestro impacto en el medio en el que nos desarrollamos y, por lo tanto, nuestro futuro.
La comunicación no sólo abarca la palabra, es decir, la construcción del discurso oral o escrito, sinó que va mucho más allá. De hecho, en la comunicación se combinan dos tipos de elementos: los visibles (imágenes, iconos, símbolos, sonidos, textos, etc) y los invisibles, que son las decisiones, acciones y la actitud que proyectamos en nuestra interrelación con el mundo (el comportamiento). Es importante que ambos elementos vayan alineados para transmitir coherencia y credibilidad, de lo contrario, nuestra comunicación puede resultar confusa y generar desconfianza.
